Día 14. Nara y Fushimi Inari

Ayer fue una jornada especialmente bonita. El día consistía en visitar dos lugares que durante años hemos visto en fotos, vídeos y que nos habían hablado maravillas de ellos… Se trata de Nara y Fushimi Inari.

Primero nos desplazamos en tren a Nara. Tras caminar unos quince minutos, llegamos a la zona de parque en la que se encuentran los atractivos turísticos: diversos templos acompañados por miles de ciervos 🙂 De camino a los sitios, había puestecillos en los que comprar galletas para darles de comer por 150 yenes. En cuanto las compréis quitadle el plástico que las envuelven, o te las quitan de las manos con plástico incluido. Los ciervos, en cuanto te ven con galletas, van a ti como zombies jajajaja pero en serio, es muy chulo verte rodeada de ciervos y no dar a basto dándoles de comer a la vez que recibes alguna que otra cornada cariñosa jajajaja. Víctor intentó darles de beber una de las bebidas que habíamos sacado de máquinas (yo creo que pocas nos quedan por probar).

La verdad es que pasear por la zona y ver cada varios metros multitud de ciervos es bonito. La gente les tiene mucho respeto y les hace reverencia. Hasta la segunda guerra mundial eran considerados celestiales y divinos , y desde entonces son tesoros nacionales.

El templo más famoso de Nara es el Todaiji que alberga a la figura de Buda de 16 metros. De camino para allá comenzó a caer el diluvio universal. Pero da igual, hay miles de tiendas y el artículo estrella de todo Japón son los paraguas. 300 yenes y solucionado.

En una de las columnas  interiores  de madera, hay un hueco del mismo tamaño -dicen- del orificio de la nariz de la figura de Buda. Hay que pasar por él para ser bendecidos. Varios niños lo pasaron sin problemas… Yo lo conseguí, pero Víctor tuvo que tirar de mi brazo para que saliese jajaja así que no sé si Buda nos lo dará por bueno.

De vuelta a la estación paramos a comer en una franquicia llamada Coco curry, y pedimos una ensalada y un plato de curry con pescado para compartir (17 euros los dos con bebida).

Desde Nara, cogimos tren local para Fushimi Inari. El sitio es precioso con sus tori (puertas Rojas de madera) pero está masificado. Leí en un artículo que solo los 3 primeros días del año, por allí pasan casi 3 millones de personas. Allí puedes hacer una ruta, que tiene forma de 8; a través de los tori. La mayoría de visitantes hace solo el primer círculo del 8, por eso es recomendable que hagáis el segundo porque nosotros pudimos disfrutar del paisaje y el lugar, mucho más tranquilos y casi sin gente. A nosotros nos llevó 2 horas y media. Eso sí, mucha cuesta que hay que subir y que luego hay que bajar jajajaja. Pero merece la pena atravesar esas puertas donadas por los comerciantes para tener prosperidad en sus negocios, gracias a la bendición de Kitsune (deidad en forma de zorro).

La verdad que es un sitio para ir sin hora, preparados para andar y disfrutar de la espiritualidad que se «respira». De noche seguro que también es precioso 🙂

Tras esta visita volvimos al hotel a descansar y después nos fuimos a un centro comercial al lado de la estación de Kioto en el que había un par de tiendas frikis y… Pesqué!! Estaba a 1000 yenes la pistola de Psyco Pass!!! Así que imagino que para el próximo salón del Manga de Barcelona me cospleyearé de Akane (eso implica corte de pelo radical jajajaja).

Para cenar, optamos por una pizza para llevar al hotel. Nos apetecía algo diferente a la comida tradicional japonesa jajaja nos costó unos 18 euros la grande y hay que decir que estaba buena 🙂

Esa fue nuestra jornada de ayer. Hoy ya estamos descansando tras una intensa jornada mañanera por la zona de Arashiyama… Os lo contamos mañana!!

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