El martes 18 de julio comenzó nuestra aventura rumbo a Japón. Para nosotros se trata del viaje de nuestros sueños, así que ya os imagináis los nervios desde primera hora. El ave camino a Madrid yo me lo pasé durmiendo (error!!) porque tenía mucho cansancio acumulado de los días pre,boda, y post… Mientras que Víctor fue un chico listo y no lo hizo. Desde la estación de Atocha cogimos el Cercanías hacia la T4 y una vez allí, efectuamos la facturación de nuestras dos maletas. Ojo, aunque el vuelo de Iberia Madrid-Tokio sale de la T4s, las maletas se facturan en la T4. El tren que conecta con la T4s es muy rápido, por lo que llegamos en nada y tocó hacer tiempo en el Burger King hasta la hora de embarque (por cierto, este BK no admite ningún tipo de promoción y cuesta más de lo habitual).
El embarque fue muy ordenado, nos dividieron por grupos según el número de asiento. Los nuestros estaban en la fila 30. La verdad, tengo que admitir que me esperaba algo más de los asientos! Eran algo más espaciosos que los de Ryanair, pero para 14 horas… Nada del otro mundo. Eso sí, la pantalla interactiva nos permitió ver varias películas y series! Incluso algunas que aun están en los cines.
Durante las 14 horas, lo peor es que nunca se hizo de noche, y aunque todo el avión bajó las persianas de las ventanillas, sabías que era de día. En cuanto a las comidas, a las 2 horas del vuelo nos dieron de comer… A elegir entre dos menús (e incluía vino jojo)
Después, a las 3 horas, nos dieron un sándwich (yo estaba fuera de hambre y pedí repetir, y la azafata muy amable me trajo otro) y una hora antes de aterrizar… El desayuno! Sí, desayuno, ya estaban aplicando el cambio horario. Lo bueno, es que fue bastante completo. Ah! Se me.olvidaba, Iberia también nos dio una almohada y una manta (poco útiles cuando ya llevas tantas horas que no sabes cómo ponerte para intentar dormir).
A las 14 horas por fin llegamos al aeropuerto de Narita. Víctor había conseguido dormir algo durante el vuelo, así que el jet lag no le afectó tanto como a mí. Una vez pasados los trámites de visado (te hacen una foto y te cogen las huellas dactilares), recogimos las maletas y nos dirigimos a la tercera planta del aeropuerto, a la oficina postal a dónde había llegado nuestro wifi pocket que nos acompaña durante todo el viaje. Se trata de un pequeño dispositivo que nos permite tener conexión a Internet a todas horas 🙂
Después compramos las tarjetas de recarga Suica para usarlas durante nuestro viaje con todos los buses, trenes y metros sin tener que preocuparnos de entender lo que cuesta cada trayecto. Nos costó un poquito entendernos con las máquinas, pero lo conseguimos!! Para llegar a Tokyo cogimos el skyline (tren rapidísimo) y luego otro tren para llegar al que está siendo nuestro barrio durante la primera semana de nuestro viaje… Akihabara!!! El barrio friki por excelencia. Nuestro hotel está 5 minutos de esta zona, por lo que todos los huecos aprovechamos para frikear jajaja. La habitación es super pequeña, pero la cama es muy cómoda y las instalaciones están bien (además, hay café gratis para Víctor en la recepción jaja). Una vez dejadas las maletas, dimos nuestra primera vuelta y comimos en una taberna. Nos hemos dado cuenta que aquí comer no es nada caro!! Por unos 15 euros comimos esto los dos:
Eso sí, de arroz intuimos que nos vamos a hartar jajaja. Después de comer decidimos ir a Ikebukuro, barrio que yo recordaba del manga gals!! Allí visitamos el Pokémon Center, Jworld y las tiendas frikis de los alrededores. Como el Jet lag se apoderaba de nosotros decidimos cenar y acostarnos pronto para ir adapto nuestro cuerpo… Cenamos en Akihabara en una taberna por la que iban saliendo sushi por una cinta transportadora. Lo bueno es que en todos los restaurantes el agua es gratis y eso es un plus. Al llegar al hotel, tocó organizar el segundo día y a mimir… No tardamos en dormir pero horror!! A las 12 me desperté diciendo: nos hemos quedado dormidos!! Pero no, error, eran apenas las 12 de la noche jajaja. Y a las 4 de la mañana ya no había quien me durmiese 🙁 en fin, espero que poco a poco el cuerpo se vaya relajando y acostumbrando al cambio horario. Luego en otra entrada os cuento nuestro segundo día por Kamakura, Roppongi y Akihabara… Eso sí, perdonad la escritura… Escribir desde el móvil no es nada cómodo! Sayonara!!