Efectos colaterales de la pandemia covid-19

La pandemia covid-19 ha frenado la lucha contra graves problemas sanitarios globales, como la malaria, la tuberculosis y la infección por VIH.

La morbilidad y mortalidad contra estas enfermedades mostraba una tendencia decreciente desde aproximadamente mediados del año 2004. Esta mejoría ha experimentado un punto de inflexión debido a la pandemia (datos suministrados por AVAC-Global Advocary for HIV Prevention), una organización filantrópica de más de 70 países focalizada en los tratamientos antirretrovirales (contra la infección por VIH).

Los países con recursos limitados han sufrido especialmente el desvío de fondos para sobrellevar la crisis sanitaria.

Los servicios de salud en muchos países se centraron en los pacientes con covid-19, postergando tratamientos y cirugías, incluso para graves enfermedades. El problema ha adquirido dimensiones trágicas en países con bajos estándares de desarrollo socio-económico.

Esta información procede del Fondo Mundial, un grupo de defensa que financia campañas contra la infección por VIH, malaria y tuberculosis.

Antes de la pandemia, la tuberculosis era la causa principal de muerte por enfermedades infecciosas en todo el mundo, con más de 1 millón de fallecimientos anuales. Durante el año 2020 el número de diagnósticos y tratamientos de tuberculosis se redujo porcentualmente en un 18% en relación al año 2019, último año pre-pandémico. La reducción  fue todavía mayor en los casos de tuberculosis multirresistente (MDR) y tuberculosis extremadamente resistente (XDR).

A finales del año 2020, India, con la mayor prevalencia mundial de tuberculosis, había retornado los diagnósticos a cifras de 2019. Sin embargo, el brote debido a la variante delta (δ) del SARS-CoV-2 ha revertido esa favorable tendencia.

Recordemos que la tuberculosis es una enfermedad muy contagiosa: un enfermo no tratado puede transmitir la infección a más de 15 personas.

Otra infección que se ha visto muy afectada por la pandemia es el VIH. En relación al año 2019, el número de personas que buscaron en 2020 hacerse la prueba diagnóstica de VIH disminuyó un 22%; y en un 12% quienes acudieron a los servicios de prevención. Por otra parte, la circuncisión, que ralentiza la propagación del VIH, se redujo en un 27%.

La tercera enfermedad mencionada, la malaria (paludismo) es la menos se ha visto afectada en lo que se refiere a medidas de diagnóstico y tratamiento.

Hay otro aspecto de gran trascendencia: se estima que más de 115 millones de personas han caído en la pobreza extrema debido al covid-19. Una de las primeras consecuencias de esta situación es un menor acceso a la educación básica y a la atención sanitaria.

No todo es negativo. La crisis sanitaria ha obligado a muchos ministerios de salud de países pobres a implementar innovaciones que pueden perdurar más que la pandemia, tales como la distribución de dosis de medicamentos (para la tuberculosis o el SIDA) para varios meses, además de preservativos, agujas, y herramientas digitales para la monitorización individual, sin tener que acudir a dispensarios.

Un ejemplo es Nigeria, el país más poblado de África. Los trabajadores sanitarios que realizan los test PCR para detectar la infección por SARS-CoV-2, aprovecharon para hacer diagnósticos de VIH y tuberculosis. El resultado ha sido que Nigeria es uno de los pocos países en que ha aumentado el número de diagnósticos (no de contagios) de VIH en relación al año 2019.

Otro ejemplo es el de Ouagadougou, capital de Burkina Faso (antiguo Alto Volta). Allí los trabajadores sanitarios han distribuido las mosquiteras en motocicletas, llegando a más hogares que cuando la labor se llevaba a cabo en camiones que se situaban en las aldeas, donde los habitantes debían acudir a recogerlos; no todos lo hacían.

Este procedimiento de distribución es más caro, pero se ha demostrado mucho más eficaz, como se ha visto al considerar la reducción del número de casos de malaria.

Para minimizar el impacto de la pandemia [covid-19] el Fondo Mundial ha gastado alrededor de mil millones de dólares de su presupuesto habitual. En marzo de 2020, la organización asignó una partida presupuestaria de 500 millones de dólares; en 2021 había recaudado 3,3 mil millones destinados a 170 países. Todo ese dinero se dirige a combatir la pandemia, desde pruebas diagnósticas, salarios de los trabajadores de salud, adquisición de equipos de protección, suministro de oxígeno y tratamientos para los pacientes.

Al mismo tiempo, el Fondo Mundial se ha comprometido (gracias a sus donantes) a dotar durante el próximo trienio con seis mil millones para el VIH, y otros dos mil millones para la lucha contra la tuberculosis.

Zaragoza, a 18 de octubre de 2021

Dr. José Manuel López Tricas

Farmacéutico especialista Farmacia Hospitalaria

Farmacia Las Fuentes

Zaragoza

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