Moderna Therapeutics desarrolla su vacuna contra covid-19

MODERNA THERAPEUTICS DESARROLLA SU VACUNA CONTRA COVID-19

La empresa estadounidense Moderna Therapeutics, con sede en Massachusetts, ha informado (16 de noviembre de 2020) sobre los resultados preliminares de su vacuna para prevenir la infección covid-19; y lo ha hecho justo una semana después de la comunicación de Pfizer-BioNTech.

Los comunicados de ambos laboratorios se han realizado en medios de comunicación no especializados, pero no en revistas científicas por lo que no se han sometido al procedimiento estandarizado de «revisión por pares» (peer-review, en el argot).

No obstante, los resultados presentados por Moderna Therapeutics son meramente anticipatorios a la espera de los concluyentes cuando finalice el ensayo clínico fase 3 que se inició el pasado mes de julio. Como escribí en el caso de la vacuna de Pfizer-BioNTech, si no surgen contratiempos, se tardará varios meses (probablemente no antes de la próxima primavera del hemisferio norte) para su distribución generalizada. Mientras tanto, la pandemia continúa su imparable expansión. Hasta ahora se han infectado en todo el mundo más de 53 millones de personas con una mortalidad que supera los 1,2 millones.

El ensayo clínico con la vacuna de Moderna Therapeutics se ajusta a los más estrictos procedimientos de la investigación científica: estudio aleatorizado, controlado frente a placebo y con «doble ocultación».

Hasta ahora 95 participantes del estudio se han contagiado; 90 de ellos incluidos en el grupo placebo, y solo 5 en el grupo de estudio (que recibió la vacuna). Solo 11 de los contagiados (todos incluidos en el grupo placebo) precisaron ingreso hospitalario debido a su gravedad; y los 5 contagiados del grupo de estudio desarrollaron una sintomatología leve. Si se logra una vacunación generalizada, la incidencia de covid-19 iniciaría una disminución y la sociedad podría retomar de manera paulatina cierto grado de normalidad.

Un asunto del máximo interés es que ambas vacunas se deben almacenar y transportar en condiciones de refrigeración, extrema para la vacuna de Pfizer-BioNTech (-70º centígrados), y mucho menos exigente (-20º) para la de Moderna Therapeutics. Aun cuando el diseño tecnológico de ambas vacunas es similar, sus exigencias térmicas de conservación difieren debido a la estructura de los liposomas que encapsulan al ARN mensajero vírico (véase más adelante). Los procedimientos de encapsulación en los liposomas han sido patentados por ambas empresas. El problema de no respetar este requisito en su almacenaje y distribución es la inactivación y consiguiente pérdida de eficacia.

La vacuna desarrollada por Moderna Therapeutics no solo previene el contagio, sino que protege a las personas que han enfermado de covid-19, limitando la gravedad del proceso infeccioso.

Para llevar a cabo su estudio clínico, Moderna Therapeutics reclutó a 30.000 voluntarios en Estados Unidos, de los que un 25% tienen 65 o más años (el grupo etario más vulnerable). Además, la distribución racial de los participantes fue la siguiente: 63% (raza blanca), 20% (hispanos), 10% (afroamericanos) y 4% (de origen asiático).

De las 95 personas que enfermaron (con gravedad variable), 15 eran mayores de 65 años. De los primeros hallazgos se infiere que el origen étnico no tiene influencia alguna.

El laboratorio (Moderna Therapeutics) se benefició de financiación del gobierno federal estadounidense (mil millones de dólares) a través de la Operation Warp Speed. Los National Institutes of Health (Estados Unidos) supervisaron la investigación, incluidos los ensayos clínicos. Además, el laboratorio recibirá una partida adicional de mil quinientos millones de dólares a cambio de la entrega de 100 millones de dosis, si finalmente la vacuna se demuestra eficaz y segura, y es autorizada por la FDA.

Pfizer-BioNTech dio a conocer los resultados preliminares con su vacuna el lunes 9 de noviembre, justo una semana antes de que lo hiciera Moderna Therapeutics con la suya. De entrada, Moderna Therapeutics ha aportado más detalles (número de participantes que enfermaron y su distribución entre los grupos de estudio y placebo) en relación a la información dada a conocer por Pfizer-BioNTech.

En cualquier caso, ambos laboratorios superan con creces la exigencia de la Food and Drug Administration cuando declaró que aceptaría cualquier vacuna segura que ofreciera una protección superior al 50%.

Ambas vacunas (las de Moderna Therapeutics, y la Pfizer-BioNTech) tienen un diseño similar, usando ARN vírico para inducir la síntesis de la proteína S (del inglés Spike) que sobresale del esferoide del virus y es responsable de la infección tras interaccionar con receptores de las células humanas. La proteína S así sintetizada actúa como antígeno estimulando la producción de anticuerpos específicos.  Es la primera vez que se desarrolla una vacuna usando un ácido nucleico (ARN en este caso).

Otras líneas de investigación de posibles vacunas contra el SARS-CoV-2 se basan en adenovirus (virus con ADN) que portan el ARN mensajero codifica la síntesis de la proteína S. El adenovirus actúa como porteador del gen. Una vez en el interior de la célula, codifica la síntesis de la proteína S que actúa también como antígeno para la fabricación de anticuerpos. Son dos estratagemas que convergen en un mismo punto final (la síntesis de la proteína S) desde diferentes estrategias iniciales (introducción del ARN mensajero vírico, bien mediante un liposoma o un adenovirus).

Rusia ha desarrollado también una vacuna basada en los adenovirus, denominada Sputnik-V. Las autoridades sanitarias rusas declararon una efectividad superior al 90%, pero el estudio clínico que se ha hecho público solo incluyó a 20 voluntarios, un número exiguo para extraer conclusiones extrapolables al conjunto de la población. Compárese con los más de 30.000 voluntarios de la vacuna diseñada por Moderna Therapeutics; y los 44.000 de la desarrollada por Pfizer-BioNTec.

Astra Zeneca y Johnson & Johnson también fundamentan sus posibles vacunas en la tecnología de los adenovirus, hallándose en el estadio de ensayos clínicos fase 3.

Novavax desarrolla su vacuna en base a la proteína S íntegra o fraccionada.

Moderna Therapeutics y Pfizer-BioNTech iniciaron sus ensayos clínicos casi a la vez, el 27 de julio, por lo cual el seguimiento clínico de los participantes es muy breve desde el punto de vista de la investigación farmacológica. Así pues, en la actualidad es imposible conocer si las vacunas ofrecen una protección duradera.

La investigación para lograr vacunas sobre la base de ARN (más específicamente ARN mensajero) tiene una larga trayectoria, sin que hasta ahora se haya logrado desarrollar ningún tipo de vacuna (contra otras enfermedades o contra el cáncer) para uso humano. Esta circunstancia crea escepticismo entre algunos miembros de la comunidad científica.

Ambos laboratorios prevén solicitar a la Food and Drug Administration una autorización de emergencia para sus vacunas en las próximas semanas, aun cuando sea una aprobación restringida destinada a la administración a los trabajadores críticos en la lucha contra la pandemia. Es posible que la distribución restringida de ambas vacunas pueda iniciarse a principios del año próximo, 2021.

Si todo marcha sobre ruedas, la vacunación general no comenzará antes de la próxima primavera.

Zaragoza, a 18 de noviembre de 2020

Dr. José Manuel López Tricas

Farmacéutico especialista Farmacia Hospitalaria

Farmacia Las Fuentes

Zaragoza

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