Joseph Issac Kramer, el compromiso ético de la medicina

Joseph I. Kramer ejerció desde 1969, y  durante casi tres décadas, como médico en uno de los barrios más pobres y degradados de New York, el Lower East Side de Manhattan.

A comienzos de la década de 1960 Joseph I. Kramer trabajaba como pediatra en el condado de Bergen, una de las áreas más prósperas de New Yersey. Según declaró más tarde, el trabajo no le satisfacía; había más médicos que enfermedades. Las madres se angustiaban por trastornos banales de sus niños. Joseph I. Kramer terminó por sentirse como una «niñera cara».

Buscando su compromiso personal comenzó a ejercer en el Lower East Side, donde había nacido, en sección de Williamsburg de Brooklyn donde había pasado su infancia. Corría el año 1969.

A la vez que crecía su lista de pacientes, también lo hizo la delincuencia relacionada con las drogas y la prostitución. A tal punto que muchos neoyorquinos se referían a las calles de Williamsburg como A (de aware, atento), B (de beware, tener cuidado), C (de caution, precaución) y D (de death, muerte), en referencia a la inseguridad de la zona. Entretanto, muchos de los hippies de la mítica década terminaron en prestigiosas, y económicamente prohibitivas escuelas de negocio, o como corredores de bolsa (brokers) en Wall Street.

Sin embargo, Joseph I. Kramer mantuvo íntegro su compromiso ético, y continuó ejerciendo la medicina en el barrio, entre los más desfavorecidos.

Durante su ejercicio vio niños con herpes cerebral, lesiones tuberculosas propias de países del llamado tercer mundo, niñas drogadictas ejerciendo la prostitución y muchas otras situaciones inimaginables en otros barrios de la ciudad.

Las condiciones de trabajo eran también muy precarias: una misma sala de espera albergaba a drogadictos y madres con sus bebés; el frigorífico de una cocina contenía las medicinas; los archivos médicos se guardaban sin apenas protección. No solo eso: era frecuente que acompañase a sus pacientes a la farmacia más próxima y pagase las medicinas de los pacientes más pobres.

En el año 1983, su ejemplo llegó a los medios de comunicación. Se le calificó como un Sífiso moderno que luchaba contra la degradación urbana. Muchas calles y avenidas eran «patología urbana».

En 1996, cumplidos 71 años, se jubiló. No fue la expansión epidémica del SIDA, el auge de la tuberculosis o el sarampión, sino la burocracia lo que terminó con su esfuerzo, entrega y dedicación. Su aspecto personal era rudo: un gran bigote (estilo Groucho Marx), se expresaba en un dialecto judío callejero, era sarcástico, maldecía con frecuencia a voz en cuello, y su humor rayaba en el insulto (en esto también se parecía a Groucho).

Recibió muchos apodos, de compañeros de profesión y pacientes: «el último hombre enojado», «el ángel custodio de la avenida D», «Dr. Quijote», entre otros.

Joseph Issac Kramer nació el 7 de diciembre de 1924. Sus padres regentaban una tienda (Kramer’s Bake Shop) en Williamsburg. Inicialmente, Joseph (Joe) trabajó como cajero en el comercio de sus padres, pero siempre a regañadientes.

Tras licenciarse (bachelor) en la universidad de Kentucky, viajó a Europa  a un centro que aceptase alumnos judíos. Logró graduarse en la universidad de Maguncia en la entonces República Federal de Alemania en 1960. Tras contraer matrimonio retornó a Estados Unidos.

Desde 1969 hasta su jubilación en 1996 a los 71 años ejerció la medicina entre los marginados del Lower East Side neoyorquino. Ello le permitió constatar el injusto sistema médico estadounidense en el que los pobres apenas tienen acceso a los servicios médicos y a la prestación farmacéutica.

Zaragoza, a 15 de septiembre de 2021

Dr. José Manuel López Tricas

Farmacéutico especialista Farmacia Hospitalaria

Farmacia Las Fuentes

Zaragoza

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