Suspensión tratamientos antidepresivos

Las personas que toman medicamentos antidepresivos de manera crónica durante períodos muy prolongados (meses o años) confrontan serios problemas a la hora de finalizar sus tratamientos. Incluso cuando reducen muy lentamente la dosis experimentan insomnio, inquietud, agresividad, ansiedad, e incluso los denominados zaps cerebrales (sensaciones de descargas eléctricas).

Muchos médicos minimizan el problema arguyendo que se trata de reagudizaciones de la propia depresión.

El asunto es objeto de debate, tanto entre los médicos como en las asociaciones de pacientes. Mientras muchos profesionales, empezando por el Royal College of Psychiatrits británico, son reacios a reconocer el problema, las asociaciones de pacientes exigen una palinodia, tal vez con indisimulado afán de lograr indemnizaciones.

En un artículo publicado en la revista británica The Lancet los autores critican los tratamientos crónicos con fármacos antidepresivos del grupo de los «inhibidores de la recaptación de serotonina», más conocidos por su acrónimo en inglés SSIR (Serotonin Slow Inhibitors Re-uptake).

Hay personas que tras años de tomar un antidepresivo SSIR no tienen problemas a la hora de abandonar sus tratamientos, pero no es lo común. Para la mayoría de los pacientes con un largo historial de uso de los antidepresivos SSIR, interrumpir sus tratamientos es un problema casi irresoluble a pesar de la disminución gradual de la dosis y/o frecuencia de administración.

En el ámbito de la farmacología psiquiátrica, apenas se han realizado estudios sobre el abandono de los tratamientos de fármacos antidepresivos, a pesar de que el consumo de estos medicamentos no deja de aumentar en prácticamente todo el mundo.

Por ejemplo, en Estados Unidos más de 15 millones de personas han tomado medicamentos antidepresivos SSIR durante al menos cinco años consecutivos, el triple que a comienzos del siglo XXI.

La magnitud del problema de la interrupción de tratamientos crónicos con antidepresivos ha dado lugar a la creación de foros en los que pacientes y médicos comparten sus experiencias y protocolos de reducción paulatina de la dosificación.

Un estudio japonés dio cuenta que el 78% de los pacientes tratados con Paxil® (Paroxetina) desarrollaban síntomas de abstinencia cuando reducían las dosis según los criterios recomendados por sus médicos. El grupo de investigación les motivó a reducir las dosis mucho más lentamente (durante meses, incluso años), logrando mejores resultados (síntomas de abstinencia del 6%).

En un estudio holandés realizado durante el año 2018, se notificó que el 70% de los pacientes referían graves problemas para abandonar los tratamientos con Paxil® (Paroxetina) o Effexor® (Venlafaxina).En este estudio se planteó una reducción mucho más gradual, de hasta un cuadragésimo de la dosis original. Sin embargo, esto es impracticable fuera del ámbito de un ensay debido a las presentaciones comercializadas.

Los fármacos «inhibidores de la recaptación de serotonina» (SSIR, de su acrónimo en inglés) inhiben la recapatación del neurotransmisor serotonina liberado en las sinapsis cerebrales. A partir de este hallazgo se ha inferido la importancia de la actividad serotoninérgica cerebral en el mantenimiento del estado de ánimo. Un efecto del tratamiento a largo plazo con «inhibidores de la recaptación de serotonina» es la disminución del transportador del neurotransmisor hacia la neurona presináptica. Esta alteración bioquímica no se revierte con facilidad, justificando, al menos en parte, la dificultad para reducir la dosificación del fármaco antidepresivo. Este aspecto, muy idiosincrásico, no se suele tener en cuenta.

La alteración de los procesos bioquímicos cerebrales no se acomodan a un cinética lineal, ni cuando se instaura un tratamiento, ni cuando se interrumpe tras un periodo prolongado. Este desconocimiento determina que se proceda según la metodología de «ensayo y error».

Existen organizaciones que, sin ánimo de lucro, ayudan a los pacientes cuando quieren interrumpir tratamientos con psicofármacos. Tal es el caso de Inner Compass Initiative, dirigida por Laura Delano, administradora de The Withdrawal Project.

Esta situación no debe ocultar una amarga realidad: que la industria farmacéutica no estudió suficientemente, u ocultó interesadamente información, acerca del problema de la suspensión de los tratamientos que tan eficazmente promocionó.

Zaragoza, a 11 de marzo de 2019

Dr. José Manuel López Tricas

Farmacéutico especialista Farmacia Hospitalaria

Farmacia Las Fuentes

Florentino Ballesteros, 11-13

50002 Zaragoza

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