Sarna e Ivermectina

Fotografía del parásito de la sarna (bajo la ampliación de microscopía electrónica)

La sarna es una infestación causada por un ácaro de aproximadamente 1mm, bien de longitud o anchura. Poseen un hipostoma provista de prolongaciones fijadoras semejantes a dientes.

El ácaro de la sarna en el hombre es el artrópodo Sarcoptes scabiei.

Raspail y su alumno corso Renucci demostraron por primera vez en 1834 que la sarna se debe a la infestación de la piel con este ácaro. Las hembras son más grandes que los machos, en cualquier caso muy pequeños, de hecho microscópicos [hembras: 330-450micrómetros x 250-350mcm; machos: 200-240 x 150-200mcm]. [1 mcm = 0,001 mm].

Estos ácaros viven en túneles cutáneos de un tamaño de varios mm a unos pocos cm. Allí los machos fecundan a las hembras, que suelen poner 1 o 2 huevos cada vez. La ovoposición dura de 4 a 5 semanas, tras la que la hembra muere. Durante su vida una hembra típica pone  3 o 4 huevos grandes, ovoides, transparentes y de cubierta delgada. De ellos emergen larvas hexápodas Éstas perforan nuevos túneles paralelos a la piel. Allí, las larvas mudan a dos estadios de ninfa. Entre 8 y 17 días después de haber eclosionado del huevo, ya son hembras adultas que comienzan a ser fertilizadas. Los machos viven aproximadamente idéntico tiempo que las hembras, en los túneles y, a veces, sobre la piel. Aprovechan los túneles excavados por las hembras, pero se ha observado que, en ocasiones, también excavan sus propios túneles.

El contagio de la sarna se produce por contacto con personas infestadas o sus fómites, por mediación de los adultos, sus larvas o ninfas. Con menos frecuencia, el hombre también se puede infestar con ácaros de otras especies por contacto con ganado (sobre todo, caballos, ovejas y cabras).

Aun cuando los ácaros pueden perforar túneles en casi cualquier área corporal, las preferidas (o más habituales) incluyen: espacios interdigitales, dorso de manos, codos, axilas, ingle, pezones, región umbilical, pene, omóplatos, región lumbar y nalgas. El trayecto de estos túneles es paralelo a la superficie de la piel. Las deposiciones de los ácaros en los túneles que los albergan dan lugar a vesículas que causan un importante prurito, agravado por el calor y la sudoración. El signo patognomónico, además del intenso prurito, es una lesión cutánea enrojecida y ligeramente prominente.

El casi inevitable rascado facilita la reinfección. Además, las vesículas iniciales se convierten en pápulas, eczema y escoriaciones. Es común la infección bacteriana oportunista (impétigo).

En algunos entornos en los que la sarna es común se le solía denominar la «infección de los siete años».

Hay una forma particular de infestación por Sarcoptes scabiei que se denomina «sarna noruega». Se caracteriza por una importante carga de parásitos y, curiosamente, ausencia de prurito [Burk J.W., et al. Norwegian Scabies. A.M.A. Arch. Dermatol. 1956; 74: 131-140].

Desde la antigüedad (sumerios y Roma) la afección eczematosa (entonces de origen desconocido) se trataba eficazmente con baños termales sulfurosos.

Más recientemente, el tratamiento clásico era la aplicación de una formulación tópica (pomada) con hexacloruro de benceno al 0,5%. Este tratamiento es resolutivo en el 100% de los casos, y no produce dermatitis y sensibilización. Suele ser suficiente una única aplicación, si bien en algunas ocasiones pueden ser necesarias hasta tres para lograr un resultado plenamente satisfactorio.

Un hallazgo reciente, dado a conocer el miércoles, 27 de junio (2019) informa que la sarna (escabiosis) se puede controlar con la toma de 1 o 2 comprimidos de ivermectina, manteniéndose el efecto protector durante al menos dos años.

Mediante la toma de ivermectina por todos los miembros de la comunidad o aldea afectada, se logra erradicar la infestación durante años.

Aun cuando la sarna no es una enfermedad mortal, su  morbilidad es importante. En el año 2017, la Organización Mundial de la Salud incluyó a la sarna (escabiosis) entre las enfermedades desatendidas.

Desde un punto de vista epidemiológico la sarna suele presentarse en comunidades pobres, si bien se han notificado brotes esporádicos en países con elevados estándares de desarrollo socioeconómico.

La causa de la sarna se descubrió en 1687. Se sabía desde antiguo que los baños en aguas termales sulfurosas curaban la enfermedad. Aun hoy día algunos dermatólogos prescriben ungüentos con azufre.

El estudio que se comenta a continuación se designó con el acrónimo SHIFT (Skin Health Intervention Fiji Trial).

El estudio se llevó a cabo en tres comunidades isleñas del archipiélago de las islas Fiji (Melanesia).

El archipiélago de las Fiji está formado por 330 islas, siendo Vit Levu la mayor en extensión. Las Fiji se convirtieron en colonia británica a partir de 1874, bajo cuyo mandato se establecieron mejoras en los sistemas sanitario y educativo, al tiempo que se fomentó la inmigración de mano de obra de India, entonces también colonia británica, para el trabajo en las plantaciones de algodón.

Durante la Segunda Guerra Mundial, las islas fueron usadas por el ejército de Estados Unidos como bases operativas en el océano Pacífico. Terminada la guerra surgieron las demandas de independencia a partir de 1948, que se consolidó en el año 1970, creándose un sistema bicameral y un Consejo de Tribus (técnicamente, Great Council of Chiefs).

A mediados del siglo XX, los indios descendientes de los primeros colonos dominaban la vida comercial, mientras los aborígenes eran propietarios de las tierras, al tiempo que controlaban los mandos del nuevo ejército.

La elección de un gobierno con mayoría de indios en 1987 dio lugar a tensiones sociales que derivaron en un golpe de estado en el que los originarios de las islas tomaron el control. En enero de 1990 la situación se normalizó con la restauración de un gobierno civil y la salida de la Commonwealth, al que siguieron readmisiones y expulsiones en función de unas prácticas políticas de dudosa legalidad en lo que respecta a los derechos humanos En 2016 se vio afectado por el ciclón Winston, del que todavía no se ha recuperado plenamente.

En el estudio SHIFT se establecieron tres grupos: un primer grupo («grupo permetrina») en el que se trató con loción de permetrina a los infestados y sus familiares; un segundo grupo («grupo estándar») en que se administró permetrina a toda la comunidad, independientemente de que estuvieran, o no, infestados; y un tercer grupo («grupo ivermectina») – el «grupo de estudio» – en el que toda la comunidad recibió una primera dosis del medicamento (ivermectina), y una segunda dosis al cabo de 7 días solo a los infestados con sarna. La ivermectina para realizar el estudio fue donada por laboratorios Merck.

No se excluyó a nadie por razones de edad, participando desde niños a ancianos.

Al cabo de 12 meses, los mejores resultados se lograron en el «grupo ivermectina» con una eficacia del 94%, esto es, una reducción de la prevalencia del 32,1% inicial al 1,9% al final del período de estudio (1 año). Además, la disminución del impétigo (una complicación usual) fue del 67%.

En septiembre de 2015, dos años después del inicio del estudio, se llevó a cabo una encuesta epidemiológica a fin de valorar la persistencia del efecto logrado al final del año de estudio.

Al cabo de 24 meses, la prevalencia de escabiosis (sarna) fue de 3,6% («grupo ivermectina»), 13,5% («grupo permetrina»); y 15,2% («grupo estándar»). Así pues, la reducción de la prevalencia de sarna en el «grupo de estudio» (tratado con 1 o 2 dosis de ivermectina en función de que estuviesen infestados por el ácaro) fue del 89% en relación con los valores antes de iniciar el estudio (intervalo de confianza: 95%).

Un beneficio adicional del tratamiento con ivermectina es que la incidencia de impétigo se redujo un 90%.

En el año 1977 se aisló a partir de Streptomyces avermitilis una mezcla de antibióticos con estructura de macrólidos, a la que se denominó avermectinas. Una de las avermectinas fue abamectina, usada como antihelmíntico en veterinaria; y un derivado de la abamectina es la Ivermectina.

La Ivermectina fue el medicamento que, administrado a más de 17 millones de personas en África y América Central redujo drásticamente la prevalencia de la oncocercosis («ceguera de los ríos»), una parasitosis de causó ceguera en cientos de miles de personas. Ivermectina es un inhibidor del neurotransmisor GABA (ácido γ-aminobutírico) en los gusanos y, parece ser, también en los ácaros. Los estudios que condujeron al desarrollo de la Ivermectina fueron reconocidos en el año 2015 con la concesión del Premio Nobel de Fisiología y Medicina a los investigadores William C. Campbell, irlandés nacionalizado estadounidense, y el japonés Satoshi Ōmura. [El Premio Nobel de Fisiología y Medicina 2015 también reconoció a la investigadora china Tu Youyou, miembro visible, y todavía vivo, del programa de investigación que condujo al descubrimiento de la Artemisinina, uno de los medicamentos más valiosos contra la malaria.

Un estudio retrospectivo llevado a cabo en el año 1971 por The Journal of the American Medical Association da cuenta de un incremento mundial de las infestaciones por sarna, sin que se sepan las razones.

 

En los años que siguieron a la Segunda Guerra Mundial, era relativamente común tratar a los afectados por sarna con una loción de DDT (Dicloro-Difenil-Tricloroetano), sobre todo en hospitales militares. Años más tarde se relacionó el empleo de este insecticida con un aumento de la incidencia de procesos tumorales.

 

 

Zaragoza, a 12 de julio de 2019

Dr. José Manuel López Tricas

Farmacéutico especialista Farmacia Hospitalaria

Farmacia Las Fuentes

Florentino Ballesteros, 11-13

50002 Zaragoza

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