Cuando la variante ómicron del coronavirus SARS-CoV-2 surgió en el sur de África sorprendió su genética. Mientras las variantes anteriores diferían en una o dos docenas de mutaciones en relación a la cepa original surgida en Wuhan, República Popular China, ómicron portaba 53 mutaciones, una situación excepcional en la deriva evolutiva de todos los virus conocidos. Todavía más: 13 de estas mutaciones rara vez, o nunca, se habían hallado en otros coronavirus. Aisladamente, cada una de estas 13 mutaciones excepcionales deberían haber sido perjudiciales para el coronavirus, pero tomadas en conjunto parecen haber sido beneficiosas, incrementando su contagiosidad y transmisibilidad.
Las mutaciones no son una estrategia de los virus para perpetuarse, sino la consecuencia de errores genéticos durante la replicación de su genoma, tarea llevada a cabo por la célula que infectan. La mayoría de las copias defectuosas de los virus mutantes no son viables; solo unas pocas representan alguna ventaja evolutiva y terminan por imponerse y expandirse.
Durante el año 2020 se descubrieron distintos linajes del virus. Sin embargo el proceso evolutivo fue lento. Ello permitió que se formulasen vacunas relativamente específicas contra estos serotipos víricos.
A partir de diciembre de 2020 se aisló en Reino Unido una variante genética que portaba 23 mutaciones ausentes del virus original de Wuhan. Esta variante, denominada alpha (α) pronto se hizo dominante en todo el mundo. Si bien se notificaron otras variantes, una nueva variante evolutivamente ventajosa con 20 mutaciones, denominada delta (δ), surgida durante el verano (2020) terminó por desplazar a la alpha (α) y otras existentes hasta entonces.
Finalmente surgió ómicron. Esta variante porta en su genoma 53 mutaciones, entre ellas las que ya estaban presentes en variantes anteriores (α y δ), por mencionar las dos más trascendentes. La selección natural favoreció a la variante ómicron al transmitirse con mucha mayor facilidad.
El estudio genético de la proteína S que sobresale del esferoide vírico evidenció la existencia de 30 mutaciones solo en dicha proteína, de ellas 13 extraordinariamente infrecuentes en otros coronavirus, incluyendo a los que únicamente afectan a murciélagos.
Solo aquellas mutaciones que son ventajosas evolutivamente al virus perduran; no aquellas que, bien son neutras o desventajosas para el germen infeccioso.
Otra particularidad excepcional de la variante ómicron es que las 13 mutaciones no se distribuyen aleatoriamente en la proteína infecciosa del coronavirus SARS-CoV-2. Se organizan en tres grupos (clusters) dando lugar a una variante única.
Dos de estos clusters modifican la estructura de la proteína S en su extremo apical dificultando que los anticuerpos específicos se engarcen a la proteína (el antígeno del virus o el codificado a partir del ARN mensajero de las vacunas). He ahí la razón por la cual las vacunas han perdido parte de su eficacia frente a esta variante.
El tercer cluster altera la estructura de la proteína S en su base (donde se inserta en el esferoide vírico), en una región conocida como dominio de fusión.
Ómicron es también particular en otro aspecto: a diferencia de la mayoría de los virus que inyectan su genoma en el interior celular, ómicron es invaginado íntegramente. Una vez engullido por la célula, se desintegra, el ARN liberado se multiplica y traduce en las proteínas que permiten construir nuevos viriones (partículas víricas). Esta manera peculiar de infectar podría explicar porque da lugar a una infección más leve que otras variantes anteriores. La variante ómicron crea tropismo hacia las células del tracto respiratorio superior.
El surgimiento de la variante ómicron puede ser un ejemplo de epistasis, fenómeno evolutivo que determina que la asociación de un conjunto de mutaciones, individualmente perjudiciales, se torne beneficiosa cuando se agrupan (forman un cluster).
No se sabe si el surgimiento de mutaciones se beneficia de la persistencia de la infección en pacientes con la inmunidad debilitada, o bien de la rápida transmisión entre personas. Existen argumentos a favor y en contra de ambas teorizaciones.
Una de las enseñanzas de la actual pandemia es nuestra ignorancia del mundo de los virus, su origen, evolución y adaptación a condiciones cambiantes.
Zaragoza, a 25 de enero de 2022
Dr. José Manuel López Tricas
Farmacéutico especialista Farmacia Hospitalaria
Farmacia Las Fuentes
Zaragoza