El ácido hialurónico (también denominado hialuronato) es un mucopolisacárido natural de gran viscosidad, consistente en unidades repetidas de dos monómeros de glucosa (más precisamente, glucopiranósido). La masa molar oscila entre 1 millón y 10 millones de gramos/ml.
En el cuerpo humano, el ácido hialurónico es el principal constituyente del líquido sinovial. Tambíén es abundante en el humor vítreo del ojo; así como en el cordón umbilical. Etimológicamente deriva del griego hyalós que significa vítreo.
Karl Meyer y John W. Palmer en la universidad de Columbia, Estados Unidos, aislaron esta sustancia en el año 1934 a partir del humor vítreo de los ojos de ganado vacuno.
Veinte años más tarde (1954), el propio Karl Meyer, junto a Bernard Weissman describieron la estructura del ácido hialurónico extraído del cordón umbilical.
La función fisiológica del ácido hialurónico es lubricar las articulaciones para facilitar el movimiento, evitando la respuesta inflamatoria. Es por ello que a veces se inyecta en las articulaciones para aliviar el dolor y reducir la inflamación en artropatías.
Las indicaciones cosméticas carecen de lógica científica; así como tampoco como producto contra el envejecimiento.
Zaragoza, a 16 de febrero de 2019
Dr. José Manuel López Tricas
Farmacéutico especialista Farmacia Hospitalaria
Farmacia Las Fuentes
Florentino Ballesteros, 11-13
50002 Zaragoza