De nuevo la alarma mundial ante una variante del coronavirus SARS-CoV-2 (que acumula varias mutaciones potencialmente peligrosas) ha comenzado a bloquear viajes a varios países del sur de África, hecho desplomarse el mercado bursátil mundial, y elevado varios escalones la inquietud político-científica.
La primera medida ha sido la suspensión hacia (y desde) varios países del sur de África imponiendo estrictas cuarentenas a todos los que regresen de esas regiones. La medida trata de impedir o retrasar la llegada a Europa de la variante, que acaba de ser denominada con la letra griega ómicron. La medida ha sido tomada antes de que finalizase una reunión de científicos sudafricanos con expertos de la Organización Mundial de la Salud.
Los primeros países en restringir los viajes hacia, o desde, las regiones donde esta variante se está expandiendo han sido: Bahréin, Bélgica, Reino Unido, Croacia, Alemania, Israel, Italia, Japón, Malta, Países Bajos, Hong Kong, Filipinas y la ciudad estado de Singapur. España tomará la decisión tras la reunión del consejo de ministros del próximo martes, 30 de noviembre.
La rapidez con que se han adoptado estas medidas tiene que ver con la posibilidad de que las vacunas no protejan (o no lo hagan de modo suficiente) frente a esta variante (ómicron).
La variante ómicron se designó inicialmente B.1.1.529. Porta una constelación de mutaciones muy inusual, tal como se desentraño en la Plataforma de Secuenciación, Investigación e Innovación de KwaZulu-Natal (Sudáfrica).
Solo en la proteína que abre la puerta al virus para infectar las células humanas se han detectado 10 mutaciones, muchas más que la peligrosa variante delta (δ).
Se conoce muy poco de esta variante. Durante los últimos meses han surgido otras [variantes] potencialmente peligrosas que desaparecieron espontáneamente.
La experiencia de tantos meses de pandemia ha sido determinante para la rápida, casi histérica, toma de medidas restrictivas. No se quieren cometer los graves errores del pasado.
Hasta ahora (26 de noviembre de 2021) solo se han identificado unas pocas decenas de casos de la nueva variante en Sudáfrica, Botsuana, Bélgica (una mujer no vacunada procedente de Egipto), Hong-Kong e Israel (una mujer procedente de Malawi).
El surgimiento de esta variante sudafricana preocupa especialmente en Europa, donde la laxitud de las restricciones junto a los bajos índices de vacunación han incrementado la incidencia de covid-19 en muchos países, sobre todo de Europa central y oriental. La incidencia también está aumentando en Portugal, a pesar de ser el que tiene el mayor porcentaje de población vacunada.
No obstante las restricciones de transporte aéreo con las regiones más afectadas, no suele impedir (la experiencia así lo ha demostrado) la expansión de las variantes más dañinas del éste, o cualquier otro virus.
Las autoridades sudafricanas han tratado de impedir, en vano, el aislamiento internacional de su país, alegando que la Organización Mundial de la Salud todavía no ha realizado ninguna recomendación.
Los primeros casos de esta variante (ómicron) se aislaron en un centro económico que rodea a Johannesburgo (Joburgh, como se la conoce popularmente), “capital” financiera del país.
Lo más inquietante de esta variante es el elevado número de mutaciones, muy superior al observado en otras variantes, tales como la delta (δ).
Una de las mayores preocupaciones es que los anticuerpos desarrollados mediante la vacunación no neutralicen al SARS-CoV-2 tornándolo resistente.
Hasta ahora el número de casos es relativamente bajo pero, la expansión puede ser geométrica.
La nueva variante (ómicron, también designada B.1.1.529) tiene más de 30 mutaciones, solo en la proteína S (Spike) que tachona el esferoide vírico. Esta proteína interactúa con un receptor presente en las membranas de las células humanas (ACE2), abriéndose una puerta de entrada al virus (véase fotografía tomada con microscopio electrónico). [El acrónimo AEC es Angiotensin Enzyme Convertase type 2]. De las más de 30 mutaciones de la proteína S del coronavirus, 10 se hallan en el epítopo que interactúa con la proteína receptora ACE2. A efectos comparativos, la variante β tenía tres mutaciones; y la variante δ solo dos.
Esta variante (ómicron) comparte con las variantes λ y β su capacidad para evitar la respuesta inmune del infectado. He aquí otro aspecto trascendente de esta variante: su mayor transmisibilidad.
La variante ómicron ha aparecido entre los jóvenes en el rango etario de 18 a 34 años, cuyo índice de vacunación es inferior al 25%.
En Sudáfrica comienzan ahora las vacaciones escolares y los viajes de verano, hecho que contribuirá a la expansión de esta nueva variante del coronavirus.
Es indudable que si una variante surge en un determinado lugar, termina por expandirse a todo el planeta.
Las primeras infecciones se detectaron en Hong Kong, en dos hombres que habían regresado de Sudáfrica. Ambos, sin vínculos personales ni profesionales, compartían la secuencia genómica de la variante ómicron (B.1.1.529), y los dos habían sido vacunados. Se les obligó a realizar cuarentena durante dos o tres semanas. La transmisión se había producido, pues, por vía aérea. [Téngase en cuenta que Hong Kong exige guardar cuarentena a todos los viajeros procedentes del extranjero, hayan sido, o no, vacunados]. Hong Kong y la República Popular China (hoy el mismo país) son los dos únicos lugares del mundo que continúan aplicando la denominada «estrategia de contención» para la total erradicación del coronavirus, con el perjuicio que este proceder está causando a la reputación de Hong Kong como centro financiero internacional.
Durante las próximas semanas el mundo vuelve a contener la respiración.
Zaragoza, a 27 de noviembre de 2021
Dr. José Manuel López Tricas
Farmacéutico especialista Farmacia Hospitalaria
Farmacia Las Fuentes. Zaragoza