Leishmania y leishmaniosis. Aspectos históricos.

La leishmaniosis es una parasitosis causada por varias especies del género zoológico Leishmania. El vector transmisor es la «mosca de la arena», en realidad las hembras de mosquitos dípteros de los géneros Phlebotomus y Lutzomya.

Formas promastigotes[1] del parásito leishmania

Los parásitos (leishmanias) infectan y se multiplican en los macrófagos, desde donde pasan a los vectores (distintas especies de los géneros Phlebotomus y Lutzomya) cuando éstos pican y se alimentan de sangre de la persona (o animal) infectado. En su forma intracelular (amastigote[2]) se multiplica en el intestino del insecto, migrando hacia su cavidad bucal (probóscide). Cuando el insecto pica a un mamífero transmite la infección a través de la saliva depositada en la herida.

Forma amastigote del parásito de leishmania

La enfermedad, leishmaniosis, tiene distintas manifestaciones clínicas que se pueden subdividir en tres: cutánea, mucocutánea y visceral.

Desde un punto de vista histórico, la leishmaniosis cutánea «del Viejo Mundo»)  descrita como «úlcera de Oriente», aparece en numerosas tablillas y papiros de la antigüedad[3]. La literatura antigua la denominaba de distintas maneras en función del lugar geográfico: «úlcera de Balkh» (Afganistán), «úlcera de Jericó», «úlcera de Bagdad» y otros toponímicos 3.

La leishmaniosis visceral «del Viejo Mundo», denominada Kala-azar (término del idioma hindi que se traduce como «fiebre negra»), se describió por primera vez en Jessore, India, en el año 1824, cuando pacientes con fiebre elevada que se creyó estaban causadas por la malaria, no respondían al tratamiento con Quinina.

Alrededor del año 1862 la enfermedad se expandió a Brudwan adquiriendo tintes epidémicos[4]. En aquella época, algunos clínicos eminentes, tales como Ronald Ross[5], supusieron que el llamado kala-azar era una forma virulenta de malaria[6]. La verdadera causa se desentrañó cuando William Leishman y Charles Donovan descubrieron la verdadera naturaleza del parásito, denominándolo Leishmania donovani, patronímicos de los dos investigadores[7].

Durante años existió gran controversia acerca de si diversas «úlceras de Oriente»[8] se debían a infecciones por Leishmania donovani. El estadounidense James Homer Wrigth[9], el británico David Cunningham[10] y el cirujano militar ruso F. P. Borosvsky[11] realizaron importantes contribuciones científicas.

En cambio, la vinculación de Leishmania donovani con la leishmaniosis visceral fue objeto de menos debate: el médico militar escocés William Leishman 10 y el profesor de fisiología de la universidad india de Madrás (India[12]), Charles  Donovan[13] descubrieron, trabajando independientemente, el parásito en el bazo de pacientes con kala-azar.

Hembra de Phlebotomus

El vector transmisor de la parasitosis se descubrió en el año 1921, gracias a las investigaciones de los hermanos Sergent, Edouard y Ettienne[14]. Se trata de mosquitos del género Phlebotomus.

La historia detallada de la leishmaniosis del Viejo Mundo está descrita en tres trabajos de Garnham[15], Manson-Bahr[16], y Wenyon7.

La leishmaniosis cutánea o mucosa «del Nuevo Mundo» aparece reflejada en esculturas del siglo V A.D., descubiertas por misioneros españoles en el siglo XVI.

 

 

Durante algún tiempo se consideró que las leishmaniosis «del Viejo y del Nuevo Mundo» eran idénticas. Sin embargo, en el año 1911 Gaspar Vianna[17] halló que los parásitos de Sudamérica eran diferentes de los de Asia y África, creando una nueva especie, Leishmania braziliensis. Más tarde se describieron otras especies causantes de leishmaniosis «del Nuevo Mundo». En 1922 se encontró que los vectores de la leishmaniosis americana eran diversas especies del género Lutzomya.

 

 

Zaragoza, a 6 de julio de 2020

Dr. José Manuel López Tricas

Farmacéutico especialista Farmacia Hospitalaria

Farmacia Las Fuentes

Zaragoza

[1] Existen dos formas parasitarias: promastigote y amastigote. La forma amastigote es intracelular en los macrófagos, bien de la piel (leishmaniosis cutánea), de los tejidos subcutáneos (leishmaniosis mucocutánea), o del bazo, hígado, médula ósea y ganglios linfáticos (leishmaniosis visceral).

[2] Amastigote: forma intracelular no flagelada del parásito.

[3] Manson-Bahr, P.E.C. Old World leishmaniosis. The Wellcome Trust Illustrated History of tropical diseases. 1966, páginas: 206-217.

[4] Elliott J. Report on epidemic and remittent fever ocurring in parts of Burdwan and Neddea divisions. Bengal Secretarial Office, Calcutta, India, 1863, pag.1-23.

[5] Ross R. Report of the Nature of kala-azar. Office of the Superintendent of Government Printing. Calcutta, India, año 1899.

[6] Téngase en cuenta que los géneros Leishmania y Trypanosoma pertenecen a idéntica familia zoológica Trypanosomatidae, en la que se encuadran protozoos flagelados del hombre que viven y prosperan en la sangre y tejidos.

[7] Hoare C.A. Early Discoveries regarding the parasites of oriental sore. Trans. R. Soc. Trop. Med. Hyg. 1938; 32: 67-92.

[8] Wenyon C. M. Protozoology. A manual for medical Men, veterinarians and zoologists. Vol. 1. Balliére & Co. 1926.

[9] Wright J.H. Protozoa in a case of tropical ulcer. J. Med. Res. 1903; 10: 472-482.

[10] Cunningham D.D. One of the presence of peculiar parasitic organisms in the tissue of a specimen of Delhi boil. Sci. Mem. Med. Offic. Army India 1885; 1: 21-31.

[11] Kean B., et al. Tropical medicine and parasitology: classic investigations. Cornell University Press, Ithaca, NY 1978.

[12] India era entonces parte del Imperio británico.

[13] Donovan C. The etiology of the heterogeneous fevers in India. Br. Med. J. 1999; ii: 1401.

[14] Serget E., Sergent Ett., et al. Transmission du clou de Biskra par le phlebotome (Phlebotomus papatasi Scop.) C. R. Seanc. Soc. Biol. 1921; 73: 1030-1032.

[15] Garnham P.C.C. The leishmaniases in biology and medicine. Academy Press Ltd. 1987.

[16] Manson-Bahr, P.E.C. Old World Leishmaniases. The Wellcome Trust Illustrated history of tropical diseases 1966, pag. 206-217.

[17] Vianna G. Sobre una nova espécie de Leishmania. Bras. Med. 1911; 25: 411.

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