Amigdalina y letrilo

Amigdalina (molécula de la izquierda) y letrile (derecha) adquirieron notoriedad periodística durante la década de 1950 por su supuesta utilidad en el tratamiento del cáncer. Sin embargo, lejos de curar el cáncer, se evidenciaron potentes venenos.
 
La amigdalina está presente en muchas plantas, sobre todo en las semillas de la familia botánica de las rosáceas, como las almendras amargas, los albaricoques y las ciruelas. Letrile, un derivado de la amigdalina se forma por la eliminación de un glucósido del compuesto original. 
 
Durante un tiempo a ambas moléculas se les denominó erróneamente vitamina B17.
 
Walter Norman Haworth y Birkett Wylam, ambos trabajando en la universidad de Durham (Newcastle upon Tyne, Reino Unido) dilucidaron la estructura de la amigdalina, logrando su síntesis completa en laboratorio en el año 1923. Haworthrecibió en Premio Nobel de Química en 1938, si bien se otorgó en 1937.
 
Desde la década de 1950 hasta la de 1970, ambos compuestos, bajo el nombre común de letrile, se promocionaron como cura para muchos tipos de cáncer. Algunos médicos sin escrúpulos establecieron clínicas en México a las que acudían personas para recibir supuestos tratamientos curativos a precios prohibitivos. Letrile nunca fue aprobado por los Organismos Reguladores.
 
Los grupos nitrilo de la amigdalina y letrilo son lábiles y se eliminan fácilmente, al igual que el ion cianuro por la actividad de las enzimas betha-glucosidasas en el cuerpo humano. El cianuro es muy tóxico. Todos lo reconocemos cuando tomamos una almendra amarga.
 
Zaragoza, a 30 de mayo de 2019
 
Dr. José Manuel López Tricas
Farmacéutico especialista Farmacia Hospitalaria
Farmacia Las Fuentes
Zaragoza
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